viernes, 30 de junio de 2017

2º dia: Subida Teide desde Montaña Blanca


Después de acabar la ruta de Gigantes, nos dirigimos corriendo hacia Montaña Blanca, llegamos al Parking y cerca de las 17.30 empezábamos a andar bajo una fuerte granizada con ventisca.

El camino de subida al refugio es muy clara al principio ya que hay que seguir una pista hasta que esta se convierte en sendero, en estos momentos ya había una buena capa de nieve/granizo en el suelo, y el fuerte viento con el granizo no nos deja levantar la cabeza, parecíamos borregos andando.

Justo cuando empezamos el sendero nos encontramos a unos chicos que bajaban y nos dijeron que nos quedaban unas 3 horas para llegar. eso tenia que ser imposible pensábamos porque nos encontraríamos el refugio cerrado, ya que eran las 19h, y habíamos leído que en total eran unas 3h hasta el refugio des del coche.

Así que al poco rato tuvimos que ponernos los frontales y coger el GPS ya que no se veía muy bien el sendero por culpa de la oscuridad y de la nieve, pero SORPRESA!! se me había olvidado en el coche, así que siguiendo las únicas huellas de alguien que iba delante nuestro, en menos de 1 hora vimos el resplandor del refugio (PUTOS GUIRIS, NOS HABÍAN ACOJONADO).

El refugio esta muy bien, aunque no tienen servicio de cocina, si que tienen una cocina, agua no potable, platos y ollas a disposición de los huéspedes, sin necesidad de subir hornillo y cacerola como hicimos nosotros.

Hicimos el Check In y el guarda nos dijo que amanecía a las 7.10 y que teníamos 1h a buen ritmo hasta la cima, así que nos pusimos el despertador y a dormir.

Salíamos de los primeros del refugio sobre las 6am y a un ritmo endiablado Alex no quería perderse el amanecer (ni yo, pero no había manera de seguirlo y me notaba mareado), pero antes de las 7am ya llegábamos los dos arriba, asi que habia que esperar un poco con el fuerte viento y el frio que hacia.

A partir de ahora ya no cal mas explicaciones, solo había que disfrutar del espectáculo que nos esperaba a continuación.

Después de quemar la cámara de hacer fotos, fuimos bajando hasta el coche, ya que teníamos mas planes para después, antes de que Alex cogiera el vuelo de vuelta y yo quedarme solo.

De vuelta, pudimos apreciar el paisaje que no pudimos a la subida por la ventisca y la noche.

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